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En enero, nuestro equipo de emergencias comenzó a trabajar en la provincia de Huambo para ayudar a las autoridades sanitarias a responder a un brote de malaria, que afectaba principalmente a los niños, generalmente los más vulnerables a esta enfermedad.
El equipo tenía su base en el hospital provincial de Huambo, al que eran derivados los casos más graves. Rehabilitamos un área del centro que no se estaba utilizando y aumentamos la cantidad de camas de 65 a 150. El brote se agravó con las lluvias y el aumento de las temperaturas y tuvimos que ampliar nuestro apoyo a nueve hospitales municipales. Esta intervención se prolongó hasta el mes de abril.
Nuestro equipo de emergencias también respondió a un brote de cólera en Uige. Reforzamos los procedimientos de aislamiento y manejo de casos en el centro de tratamiento del cólera de la ciudad, así como los sistemas de vigilancia en las comunidades, para conseguir una detección temprana de los casos. Además, brindamos capacitación al personal local y donamos materiales para ayudar a controlar el brote.
En paralelo, trabajamos con el Ministerio de Salud para mejorar la recopilación y divulgación sistemáticas de datos epidemiológicos. Se realizó un análisis epidemiológico que cubría 13 enfermedades endémicas en un periodo de 10 años; el Ministerio podrá utilizar los resultados para priorizar las alertas sobre enfermedades específicas.
A finales de año concluimos nuestras actividades en Angola. No obstante, seguiremos monitorizando la situación y nos mantendremos preparados para responder a las emergencias que puedan surgir.