Mediante un modelo de ‘ventanilla única’, el equipo ofreció servicios de salud mental a la población de Nauru y a los refugiados y solicitantes de asilo que tuvieron que quedarse en la isla cuando Australia decidió deslocalizar aquí el procesamiento de las solicitudes de entrada a su territorio.

MSF trabajó desde una clínica independiente y el hospital del Ministerio de Salud y con visitas a domicilio. Este programa contempla también impartir formación y apoyo al personal del Gobierno de Nauru para mejorar la atención a personas con trastornos psicológicos y psiquiátricos. El equipo llevará a cabo actividades de sensibilización para promover estos servicios, aumentar la concienciación sobre los problemas de salud mental y reducir el estigma que sufren quienes buscan tratamiento.

El programa se estableció tras varias visitas a la isla durante los dos años anteriores, durante las cuales MSF identificó brechas en la atención en salud mental tanto para la población nauruana como para los refugiados y solicitantes de asilo. El acuerdo de colaboración con el Gobierno se firmó en junio de 2017.

Durante las exploratorias, el equipo descubrió que las necesidades de salud mental eran importantes y que no existía suficiente capacidad para atenderlas; se identificaron por ejemplo casos de esquizofrenia, violencia familiar y unos preocupantes niveles de depresión, especialmente entre los niños.