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Portraits of MSF health workers in Gaza healing the wounds of the Great March of Return
Memoria internacional 2019

Territorios Palestinos

War in Gaza:: find out how we're responding
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MSF en Territorios Palestinos en 2019 En 2019, Médicos Sin Fronteras proporcionó atención quirúrgica y posoperatoria a miles de personas heridas en las protestas en Gaza, así como apoyo en salud mental a víctimas de las tensiones políticas en Cisjordania.
Territorios Palestinos

Gaza

Las protestas de la Gran Marcha del Retorno a lo largo de la valla que separa Israel de la Franja continuaron durante todo el año, si bien con menos concurrencia y menos víctimas que en 2018. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, más de 1.800 palestinos fueron heridos por el Ejército israelí con munición real en 2019. Además, miles de personas heridas en las protestas del año anterior seguían necesitando tratamientos complejos y prolongados. Las necesidades médicas masivas superan con creces la capacidad de la sanidad palestina, que ha quedado paralizada por una década de bloqueo israelí y carece de equipos y suministros médicos esenciales.

Atendimos a casi 1.170 pacientes heridos en las protestas, en nuestras cuatro clínicas, en Beit Lahia, Gaza capital, Jan Yunis y la zona central de la Franja; hicimos curas posoperatorias y ofrecimos fisioterapia y apoyo psicosocial. En el hospital de Dar al Salam, en el sur de Gaza, y en el hospital de Al Auda, en el norte, nuestros servicios incluían cirugía y atención posoperatoria, tratamiento de infecciones óseas, fisioterapia y asesoramiento en salud mental, destinada a ayudar a los pacientes a afrontar estos largos y dolorosos procesos. Nuestros equipos operaron a casi 610 personas con traumatismos y practicaron 1.950 cirugías.

Debido a la gravedad y complejidad de las lesiones y a las altas tasas de infecciones resistentes a los antibióticos en nuestros pacientes, ampliamos la capacidad hospitalaria y quirúrgica a un total de 36 salas de aislamiento, 19 camas en salas generales y tres quirófanos, en los hospitales de Dar al Salam y Al Auda. 

En abril, inauguramos el primer laboratorio equipado para analizar muestras óseas y de tejido blando en Gaza, un servicio esencial para detectar las bacterias que causan las infecciones. Anteriormente, las muestras debían enviarse a Israel para su análisis, un procedimiento más complicado y lento. 

Además de nuestro trabajo con pacientes traumáticos, atendimos a 5.530 personas con quemaduras y colaboramos con la unidad de quemados del hospital de Al Shifa, a la que aportamos un equipo que realizaba cirugías electivas.

Cisjordania

En un contexto de ocupación permanente y de intensificación de la violencia, nuestros equipos siguieron ofreciendo apoyo psicológico gratuito y confidencial en Cisjordania.

En el distrito de Hebrón, nuestro equipo de médicos, consejeros y psicólogos palestinos e internacionales realizaron visitas domiciliarias, sesiones psicosociales individuales y en grupo, y consultas de psicoterapia con adultos, adolescentes y niños directa o indirectamente afectados por la violencia relacionada con el conflicto. 

En Nablús y Qalqilia, proporcionamos asistencia psicoterapéutica y psiquiátrica, terapia de grupo, sesiones en grupo de sensibilización sobre la salud mental y actividades de apoyo psicosocial en dos clínicas y en una nueva sala de consultas que abrimos en Tubas en diciembre. 

Atendimos un total de 5.240 sesiones de asesoramiento y psicoterapia durante el año y 2.398 pacientes recibieron apoyo psicoterapéutico.

One year after the “bloodbath” of 14 May
Murad, de 22 años, fue herido durante las protestas de la Gran Marcha del Retorno.
MSF

TESTIMONIO DE UN PACIENTE

Murad, de 22 años, fue herido en las protestas de la Gran Marcha del Retorno.

“Antes trabajaba reparando antenas parabólicas, pero ahora no puedo, y nadie me ha ofrecido ayuda. Aprendí solo a arreglar cosas, parabólicas, televisores… Ganaba al día unos 15 o 20 NIS.Nuevo séquel (entre 3,50 y 5 euros). Desde que me hirieron, me quedo sentado en casa. Vivo con mi madre y la familia no nos ayuda. Ya no podemos pagar el gas de la casa y nos hemos endeudado para poder comprar pan y galletas. En los momentos difíciles es cuanto te das cuenta de quiénes son sus amigos; ahora veo que no tengo ninguno”.

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