Los civiles quedaron atrapados en los enfrentamientos entre los grupos armados y las fuerzas de seguridad del Estado, especialmente en la región que linda con Mali, donde miles de personas se vieron obligadas a huir de sus casas. En la capital, Uagadugu, se produjeron ataques coordinados contra la Embajada francesa y el Cuartel General del Ejército, que se saldaron con 30 muertos.

A mediados de 2018, abrimos nuevos proyectos en las provincias de Sum y Udalan, en el norte, para aumentar la atención médica de emergencia y ayudar a las comunidades locales y desplazadas en los distritos desatendidos.

Trabajamos en tres hospitales (Dori, Gorom-Gorom y Djibo), en los que reforzamos la capacidad de las urgencias mediante capacitaciones del personal, rehabilitación de edificios y quirófanos y donaciones de equipamiento y medicamentos. También equipamos por completo la sala de urgencias del hospital de Gorom-Gorom y enviamos a un equipo de cirujanos y anestesistas para reforzar el servicio quirúrgico del hospital de Djibo. 

Además, comenzamos a trabajar en varios centros de salud rurales en Sum y Udalan, donde ofrecimos atención médica a niños con malaria y diarrea. No obstante, estas actividades se vieron interrumpidas reiteradamente debido a la creciente falta de seguridad. 

Más al sur, seguimos colaborando con el Ministerio de Salud en su respuesta a la epidemia de dengue que se había declarado en la región central en septiembre de 2017. Creamos una red de dispensarios para ayudar con la vigilancia y detectar posibles casos, capacitamos al personal sanitario y ayudamos a elaborar un plan de contingencia para el caso de un nuevo brote.