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Emin Ozmen, MSF in Bentiu, Thaker & Dhorjak
Memoria Internacional 2018

Sudán del Sur

War in Gaza:: find out how we're responding
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MSF en Sudán del Sur en 2018 Los civiles en Sudán del Sur han sido los más afectados por los cinco años de conflicto que ha sufrido el país. Dos millones de personas huyeron a los países vecinos y otros dos millones están desplazadas dentro del territorio sursudanés.
Sudán del Sur

La atención médica es escasa o nula en muchas partes del país y se calcula que menos de la mitad de la población tiene atención médica adecuada. Alrededor del 80% de los servicios sanitarios los prestan organizaciones no gubernamentales como MSF.

En 2018, respondimos a las necesidades médicas urgentes de las personas afectadas por la violencia, al tiempo que manteníamos los servicios esenciales de atención médica en 16 proyectos en todo el país. Sin embargo, como en años anteriores, en 2018 los ataques directos contra el personal y los centros médicos obstaculizaron las actividades de manera reiterada.

Asistencia a personas desplazadas y comunidades remotas

En Old Fangak, una región remota y pantanosa del norte, gestionamos el único centro de atención secundaria de la zona, que presta servicios a muchas personas desplazadas que se asentaron allí. Nuestros equipos también viajan en barca a las comunidades circundantes para organizar clínicas móviles y derivaciones a los hospitales; además, administramos puestos de salud comunitarios en ubicaciones remotas en los alrededores de Lankien y Pieri.

Después de un recrudecimiento de la violencia intercomunitaria en Ulang y el desplazamiento de población que siguió, comenzamos a ofrecer atención de emergencia y asistencia hospitalaria en un centro de salud local, y derivamos a pacientes con complicaciones a Malakal y Yuba.

Aún más al norte, en Aburoc, seguimos trabajando en un centro hospitalario (con 12 camas), y ofrecimos atención de emergencia, servicios ambulatorios y atención a víctimas de violencia sexual; también atendimos a enfermos de diarrea y malaria –muy comunes– directamente en las comunidades. 

En el sur, dimos apoyo a centros de atención primaria de salud en Yei y a la unidad pediátrica del hospital público, que atiende a las comunidades locales y desplazadas. También contamos con equipos en tres centros en Pibor (uno de ellos con capacidad quirúrgica) y trabajamos en un centro de atención primaria en el pueblo de Mundri y, alrededor de este último, en varios puestos de salud comunitarios en ubicaciones remotas.

En diciembre, transferimos a otras organizaciones nuestras clínicas móviles en Akobo y un centro de atención primaria que habíamos construido en Kier. Nuestros equipos trabajaron en áreas de difícil acceso donde no había más servicios médicos; como resultado, trataron a más de 50.000 pacientes y se encargaron de varios cientos de derivaciones a atención especializada entre finales de 2017 y finales de 2018. 

Un promotor de la salud registra los datos de un niño, Sudán del Sur

Campos de Protección de Civiles (PoC)

Los campos de Protección de Civiles (PoC) abrieron hace más de cinco años, cuando quienes huían del conflicto buscaron refugio en bases de la ONU; estos centros ofrecen cierta protección a poblaciones vulnerables que de otra manera estarían expuestas a la violencia armada, pero las condiciones de vida son muy precarias.

Esto, sumado a la continuidad de la violencia y al trauma psicológico que sufren muchos desplazados, dio lugar a necesidades médicas enormes en el PoC más grande del país, el de Bentiu. Nuestro hospital de 160 camas es el único que ofrece atención especializada en el campo; incluye servicios quirúrgicos y atención especializada para recién nacidos y partos con complicaciones.

En 2018, tratamos a 398 víctimas de violencia sexual tanto en el PoC y como en una clínica de Bentiu ciudad; casi un tercio de estos casos ocurrieron en un periodo de unas pocas semanas en noviembre de 2018, al raíz del ataque perpetrado contra mujeres y niñas en el condado de Rubkona.

También instalamos seis puntos para el tratamiento de la malaria y brindamos atención a más de 38.000 pacientes tras un pico de casos en julio.

Por otra parte, en el PoC de Malakal, que alberga a unas 29.000 personas, tenemos un centro de 40 camas, que ofrece atención de emergencia, tratamiento de la tuberculosis, el kala azar (leishmaniasis visceral) y el VIH, así como servicios de salud mental. Nuestros equipos registraron un aumento alarmante en la cantidad de intentos de suicidio en 2018, evidencia de las consecuencias del largo desplazamiento, el desempleo y las limitadas expectativas de futuro. También trabajamos en la ciudad de Malakal, donde prestamos los mismos servicios que en el PoC, además de atención neonatal y obstétrica (incluyendo para partos complicados).

Atención materno-infantil

En el hospital público de Aweil, nos encargamos de los servicios de pediatría, neonatología, maternidad, quemados, urgencias, cuidados intensivos y nutrición terapéutica. En septiembre, la maternidad estuvo completamente ocupada; a lo largo del año, nuestros equipos asistieron 5.275 partos, de los cuales 174 fueron por cesárea.

Nuestro hospital de Lankien, de 80 camas, también ofrece atención obstétrica y pediátrica, apoyo nutricional, atención a víctimas de violencia sexual y tratamiento para el VIH, la TB y el kala azar.

Apoyo a ex niños soldado

Los niños han sido utilizados como soldados en todo Sudán del Sur y, actualmente, se está intentando reinsertarlos en sus comunidades. En febrero, comenzamos un programa piloto que ofrecía atención médica y de salud mental a estos niños. En 2018, casi 950 volvieron a sus comunidades en Yambio, donde desarrollamos nuestro proyecto.

Respuesta a epidemias   

Tratamos a más de 37.000 personas con malaria en Lankien en 2018 y en Aweil reforzamos nuestros programas de tratamiento en el hospital durante el pico estacional de la enfermedad. Además, ayudamos al Ministerio de Salud a vacunar a casi 23.000 niños durante un brote de sarampión en Aweil y en la vacunación preventiva contra el cólera de más de 200.000 personas en Yuba.

Awien Maguor, mordida por una serpiente mientras dormía El tío de Awien cargó con la niña a espaldas durante cinco horas para traerla al hospital de Agok, donde le administramos tres dosis de antídoto para el veneno de serpiente. Para salvarle el brazo, fueron necesarias 19 operaciones.
Awien Maguor, mordida por una serpiente mientras dormía

Refugiados sudaneses 

En Maban y a sus alrededores, asistimos a refugiados sudaneses y a la comunidad local mediante nuestros programas en el campo de Doro y el hospital estatal de Bunj. Además, gestionamos un servicio de hospitalización (con 15 camas) para refugiados en Yida. En mayo, traspasamos a otra organización nuestro programa de tratamiento del VIH y la TB.

Área Administrativa Especial de Abyei (ASAA)

In Agok, we finished renovating and extending our hospital, the only secondary health En Agok, terminamos de renovar y ampliar nuestro hospital, el único que ofrece atención especializada en el territorio disputado por Sudán y Sudán del Sur. También reanudamos nuestro proyecto comunitario contra la malaria cuando comenzó la temporada alta de la enfermedad; tratamos a más de 25.000 pacientes de 23 pueblos entre junio y diciembre, y derivamos los casos graves al hospital. En respuesta al desplazamiento provocado por grandes inundaciones durante la habitual temporada de lluvias, enviamos equipos móviles a la zona sur de la ASAA, para brindar atención médica y distribuir artículos de primera necesidad. 

Ataques a la misión médica

En abril, uno de nuestros equipos médicos móviles en Mundri fue víctima de un robo armado, lo que nos forzó a suspender todas las actividades en la zona durante varias semanas. También suspendimos en julio todas las actividades (excepto las urgencias) en Maban tras sufrir un ataque en nuestra oficina; a mediados de septiembre ya estábamos trabajando de nuevo con plena capacidad. 

En los condados de Mayendit y Leer, miles de civiles huyeron a los pantanos y bosques para escapar de los enfrentamientos violentos, en abril y mayo. Nuestros centros de salud también sufrieron ataques y saqueos, pero nuestros equipos siguieron brindando atención básica a las personas a las que pudieron llegar. 

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