Las crisis políticas y militares acaecidas entre 2002 y 2010 han afectado gravemente al sistema sanitario de Costa de Marfil: según la Organización Mundial de la Salud, es uno de los más débiles de África, con una media de un médico y cinco matronas por cada 10.000 habitantes. Dado que la tasa de mortalidad materna es muy alta, el Ministerio de Salud ha hecho de la salud materna una de sus principales prioridades y la ofrece de forma gratuita a todas las mujeres embarazadas. Sin embargo, las restricciones presupuestarias y la falta de medicamentos y de personal sanitario capacitado, entre otros factores, siguen dificultando que muchas mujeres y niños reciban servicios médicos de calidad.

Según una encuesta realizada en 2015 por Epicentre, el centro epidemiológico de MSF, en la región rural de Hambol la tasa de mortalidad se estima en 661 por cada 100.000 nacidos vivos; por esta razón, un nuevo proyecto de MSF en colaboración con el Ministerio de Salud va a reforzar la atención a las emergencias obstétricas y neonatales mediante el apoyo al hospital de Katiola y a 27 centros de atención primaria.

También en Hambol, MSF empezó las obras de rehabilitación del hospital de Dabakala, en particular el quirófano, para mejorar la atención a las cesáreas. Finalmente, MSF dio apoyo a todos estos centros de la región con suministros médicos y personal y operó un sistema de derivación para partos complicados. La capacitación, el entrenamiento y la supervisión del personal del Ministerio de Salud también constituyeron una parte importante de las actividades.

A lo largo de 2017, MSF atendió una media de 415 partos al mes en los centros en los que trabaja, incluyendo más de 40 cesáreas; en el servicio neonatal del hospital de Katiola, tuvo ingresados a 64 recién nacidos.