Skip to main content
Outdoors support clinics, Thaker. Leer, South Sudan
Memoria Internacional 2017

Sudán del Sur

War in Gaza:: find out how we're responding
Learn more
MSF en Sudán del Sur A lo largo de 2017, MSF respondió a las urgentes necesidades médicas provocadas por el conflicto que afecta al país y por las epidemias, al tiempo que trataba de mantener sus programas regulares de atención primaria.
Sudán del Sur 2 - Feature - Activity report 2017 map in spanish

Desde el estallido del conflicto en diciembre de 2013, han muerto decenas de miles de personas y aproximadamente una de cada tres se ha visto obligada a abandonar su hogar. Dos millones de personas han huido a países vecinos, mientras que dos millones más son desplazadas internas. La falta de seguridad también siguió representando un gran desafío para las organizaciones humanitarias: sus instalaciones fueron atacadas y cada vez fue más peligroso trabajar en algunas zonas.

En 2017, MSF desarrolló programas de atención primaria y secundaria en hospitales y clínicas, llevó a cabo actividades de promoción de la salud para poblaciones desplazadas y comunidades remotas, respondió a emergencias y brotes epidémicos y realizó actividades preventivas (como campañas de vacunación).

Región del Gran Alto Nilo

En 2017, MSF llevó a cabo una intervención nutricional de emergencia tras recibir informes sobre elevados niveles de desnutrición en los condados de Mayendit y Leer, devastados por años de conflicto. El personal local de MSF se movió al mismo tiempo que los desplazados para seguir dándoles atención médica; entre otros pacientes, asistieron a víctimas de violencia sexual.

También siguió proporcionando atención primaria y secundaria en Lankien (incluyendo el tratamiento del kala azar) a pesar de los combates que en varias ocasiones forzaron la evacuación del personal y la huida de los civiles a la selva. El equipo también respondió a un brote de cólera, con un centro de tratamiento en Lankien y puntos de rehidratación oral en tres áreas de las cercanías.

En Fangak, un área remota controlada por la oposición, MSF trabajó en el hospital de Old Fangak, en los servicios de urgencias, cirugía, nutrición con ingreso, pediatría, maternidad y consultas generales con adultos. Los equipos también pusieron en marcha una clínica para pacientes ambulatorios en la cercana localidad de Phom y desplegaron clínicas móviles a lo largo del río Zeraf.

En Pibor, MSF siguió siendo el único proveedor de servicios médicos para la etnia murle, mediante un centro y dos unidades de atención primaria en Lekongole y Gumruk. En su punto álgido, las tasas de desnutrición entre nuestros pacientes llegaron a triplicar las de 2016.

La clínica de MSF en Pibor fue atacada dos veces en 2017, lo que obligó al equipo a suspender las actividades temporalmente; los violentos enfrentamientos también provocaron el cierre de dos proyectos en el Alto Nilo. A finales de enero, los combates entre el Gobierno y las fuerzas de la oposición en Wau Shilluk obligaron a huir a la población y el personal de MSF también se marchó; el hospital de MSF fue saqueado y destruido y se evacuó al equipo a Kodok, donde siguió atendiendo a los desplazados. En abril, Kodok también fue atacada y la población huyó a Aburoc y, con ella, los pacientes y el personal de MSF. Al llegar a Kodok, este equipo instaló un hospital de campaña, respondió a un brote de cólera en el campo improvisado y atendió a las comunidades de difícil acceso mediante actividades descentralizadas.

Hacia finales de 2017, tras nuevos combates que provocaron más desplazamientos, MSF comenzó a gestionar clínicas en barcos para atender a personas en aldeas aisladas a lo largo de los ríos Akobo y Pibor, donde existen muy pocas instalaciones de salud. MSF mantuvo su modelo de atención primaria descentralizada para llegar a tantas personas como fuera posible en estas comunidades dispersas.

MSF también continuó administrando una clínica en la ciudad de Mayom en colaboración con el Ministerio de Salud, para ofrecer atención primaria y de emergencia, así como tratamiento para el VIH y la tuberculosis.

Las historias de Old Fangak

Campos de Protección de Civiles

En 2017, MSF siguió trabajando en los campos de Protección de Civiles (PoC) que Naciones Unidas creó a modo de solución temporal para proteger a los desplazados que huían de la violencia en diciembre de 2013. Cuatro años después, cientos de miles de personas permanecen atrapadas en un ambiente hostil e insalubre donde las condiciones de vida están muy por debajo de los estándares aceptables.

En Bentiu, el mayor PoC del país (alberga a unas 110.000 personas), MSF mantuvo abierto su hospital de 160 camas, que ofrece atención secundaria, servicios quirúrgicos y programas para víctimas de violencia sexual.

En el PoC de Malakal, hogar de unas 25.000 personas, MSF ofreció salud mental y atención secundaria. MSF también administró un hospital en la ciudad de Malakal y comenzó a atender a las comunidades remotas de los alrededores.

Región de Ecuatoria

A mediados de 2016, el frente del conflicto llegó a la región de Ecuatoria y cientos de miles de personas huyeron de sus hogares. Los problemas de seguridad impidieron que MSF pudiera responder a las enormes necesidades humanitarias de los desplazados, especialmente en los alrededores de los centros urbanos donde se libraron los intensos combates entre el Gobierno y las fuerzas de la oposición.

Por otra parte, el 4 de enero, el Ejército arrestó a seis empleados de MSF en Yei mientras estaban trabajando; dos de ellos fueron liberados el 27 de enero y los otros cuatro el 31 de marzo. Este incidente suscitó serias preocupaciones, ya que este equipo estaba trabajando arduamente para llevar atención sanitaria vital a unas poblaciones muy necesitadas. MSF, sin embargo, mantiene su compromiso con su trabajo en esta zona. El equipo de Yei ofreció atención básica en dos clínicas en la ciudad.

En Mundri, el equipo de atención primaria se concentró en la salud materno-infantil, así como en la atención comunitaria para víctimas de violencia sexual. En Yambio, el equipo continuó desarrollando su programa de diagnóstico y tratamiento del VIH y gestionó clínicas móviles para atender a las personas desplazadas.

Duradero Bentiu

Región de Gran Bahr el Ghazal

En marzo, MSF cerró las clínicas móviles que mantenía en Wau y en las áreas rurales circundantes a medida que otras organizaciones iniciaban actividades médicas en esta área afectada por el conflicto.

Por otra parte, siguió gestionando los servicios de pediatría y maternidad en el hospital estatal de Aweil, donde la malaria sigue siendo la principal causa de ingreso. Los equipos también trabajaron en cinco estructuras de salud más, donde se encargaron de las pruebas y el tratamiento de la malaria durante la temporada de lluvias.

Área administrativa especial de Abyei

En Agok, MSF siguió gestionando el único hospital de referencia; ofrece atención primaria y secundaria (incluyendo cirugía) a una población de más de 140.000 personas. Debido a la mayor necesidad de atención médica especializada, MSF comenzó a rehabilitar y ampliar sus instalaciones y un nuevo servicio de hospitalización de 140 camas estará listo a mediados de 2018.

Refugiados de Sudán

MSF trabajó en los campos de refugiados sudaneses. En Yida, los equipos gestionaron un servicio de hospitalización, un centro hospitalario de nutrición, una unidad neonatal y un programa de tratamiento del VIH y la tuberculosis.

En Doro, MSF construyó un nuevo hospital, que mejoró la atención a los pacientes y el control de infecciones. También llevó a cabo una campaña de vacunación masiva y actividades de fumigación para reducir la incidencia de la malaria. Además, MSF ofreció atención ambulatoria y vacunaciones a 21.000 sursudaneses de las cercanías de Maban, y extendió sus actividades de vacunación a las áreas cercanas controladas por la oposición.

Síguenos en redes

Siguiente
Médicos Sin Fronteras